![]() El Trastorno de Pánico es considerado como un importante problema de salud pública debido a las elevadas tasas de prevalencia, la resistencia a la remisión espontánea, la comorbilidad con otros trastornos y las consecuencias negativas que tiene para la calidad de vida de los pacientes (Margraf, Barlow, Clark y Telch, 1993).
El programa de tratamiento psicológico (Botella y Ballester, 1997) que se emplea está formado por diferentes fases: (1) en primer lugar un importante componente educativo en el que se explica al paciente lo que le está ocurriendo, (2) discusión cognitiva de los pensamientos catastróficos, (3) introducción del concepto y papel de la hiperventilación en el pánico y entrenamiento en respiración lenta, (4) entrenamiento en técnicas de distracción, (5) uso de experimentos comportamentales para el cambio cognitivo, (6) exposición a estímulos internos y externos y, por último, (7) un componente de prevención de recaídas. Este tratamiento se ha aplicado con sistemas tradicionales de exposición tanto de forma individual (p.ej., Ballester, Botella, Gil y Ferrer, 1991) como grupal (p.ej., Ballester y Botella, 1992), y con sistemas de RV a nivel individual (Botella, García-Palacios, Villa, Baños, Quero, Alcañiz y Riva, 2007). En todos los casos mostrando gran eficacia y cambios significativos en los pacientes. | ||||
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