Dentro de los programas de intervención psicológicos sobre la obesidad, los que actualmente se consideran más eficaces, combinados con la atención médica, son los tratamientos cognitivo comportamentales (TCC). Los TCC plantean que es fundamental conseguir el cambio de hábitos, el re-aprender a comer y a gastar de energía de una manera equilibrada.

Con este objetivo se incluyen componentes cuyo fin es promover cambios en los patrones conductuales, cognitivos y emocionales que mantienen la obesidad, y que tienen como meta fundamental la modificación de los hábitos alimentarios y el nivel de actividad física. Las directrices que se han demostrado más útiles desde este enfoque son las siguientes: el uso del auto-registro como medio de auto-evaluación y control (de ingesta y de actividad física), el control de estímulos, la psicoeducación, las técnicas cognitivas para cambiar pensamientos y actitudes disfuncionales, las relaciones interpersonales y la prevención de recaídas.

La obesidad está relacionada con trastornos de la conducta alimentaria, sobretodo el Trastorno por Atracón y la Bulimia. Por tanto de cara a hacer un programa de tratamiento de la obesidad, es importante evaluar y adaptar el tratamiento en caso de que aparezca algún tipo de diagnóstico alimentario del Eje I.

El objetivo fundamental de las TCC para el tratamiento de los Trastornos de la Conducta alimentaria es: a) restaurar los patrones alimentarios normales; b) restaurar el peso normal (Anorexia); c) tratar las complicaciones físicas; d) corregir los pensamientos; e) sentimientos y creencias disfuncionales sobre la imagen corporal; f) corregir los defectos de la regulación conductual y del afecto; g) mejorar las dificultades psicológicas asociadas; h) recabar apoyo familiar, y i) prevención de recaídas.